Ana, una mujer de oración.
1° Samuel 1:5 → Ana recibía una parte escogida, porque era amada a pesar de no tener fruto aún. → Me recordó lo que dice en Mateo 3:17 Jesús ya era amado y acepto asimismo en tiempo que no había hecho nada todavía.
Y es que ser amado no es por fruto, sin por gracia, y Dios no descalifica, al contrario, llama porque tiene una visión de lo que hará en cada persona específicamente.
En los versos 6 y 7 Y Penina la irritaba cada año justo cuando subían a adorar a Jehová, y esto es: al momento que una mujer entra en oración el acusador hostiga para que no haya gozo en la presencia del Señor. Ana lloraba y no comía, pienso que era su manera de abstenerse de contender con su rival, evitando ser igual a ella y discutir, por tal recurría al llanto, sin embargo esto tampoco fue una opción eficaz.
Verso 8 ¿Por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿ y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Otra voz a callar para conquistar en oración es el conformismo, ése es el estado en que una mujer entra en sus fuerzas a modo de autoconsolación para evitar la depresión -no te soy yo mejor que diez hijos-. Probablemente Penina le había dado a Elcana muchos hijos, y ver este sueño realizarse en otra persona creó ése tipo de heridas que no por siempre se pueden sosegar (si es que hay alguna que sea posible contener exitosamente toda la vida) con la mentalidad conformista.
Verso 9 → La mujer atribulada ya no pudo más y entró en una encrucijada de dos caminos: Uno la llevaba a deambular derramando amargura de por vida, y el segundo llorar ésa pena ante Dios.
Y dejó su duelo al comer y beber, yendo al templo lloró tal amargura orando a Jehová, -no es bueno que nos quedemos con sentimientos atorados, de la manera apropiada entreguemos todo.
-Y Elí estaba allí-
E hizo un pacto pidiendo respuesta a Dios, que le permitiera tener un hijo, y afirmó que lo que tanto anhelaba lo consagraría al Señor. → Una mujer de oración entiende que lo que pide tiene un propósito eterno, sabe pedir para que Dios se glorifique en su vida.
Versos 16 y 17→ Cuando ella reconoció su situación y cuán afectada estaba delante de Dios, y declaró esto ante el sacerdote, recibió la promesa -Elí respondió y dijo: Ve en paz y el Dios de Israel te otorgue la petición que has hecho-.
Versos 18 y 19→ Confiar en las autoridades trae tu prosperidad de lo solicitado -cree a sus profetas y serás prosperado- Y se fue por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y se fue por su camino y no estuvo más triste. A la mañana siguiente su adoración había cambiado, y cuando estuvo con su marido Jehová se acordó de ella. Al hacer lo natural, con actitud distinta, confiada en la promesa, Dios procede a cum
plir su pacto.
Y es que ser amado no es por fruto, sin por gracia, y Dios no descalifica, al contrario, llama porque tiene una visión de lo que hará en cada persona específicamente.
En los versos 6 y 7 Y Penina la irritaba cada año justo cuando subían a adorar a Jehová, y esto es: al momento que una mujer entra en oración el acusador hostiga para que no haya gozo en la presencia del Señor. Ana lloraba y no comía, pienso que era su manera de abstenerse de contender con su rival, evitando ser igual a ella y discutir, por tal recurría al llanto, sin embargo esto tampoco fue una opción eficaz.
Verso 8 ¿Por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿ y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Otra voz a callar para conquistar en oración es el conformismo, ése es el estado en que una mujer entra en sus fuerzas a modo de autoconsolación para evitar la depresión -no te soy yo mejor que diez hijos-. Probablemente Penina le había dado a Elcana muchos hijos, y ver este sueño realizarse en otra persona creó ése tipo de heridas que no por siempre se pueden sosegar (si es que hay alguna que sea posible contener exitosamente toda la vida) con la mentalidad conformista.
Verso 9 → La mujer atribulada ya no pudo más y entró en una encrucijada de dos caminos: Uno la llevaba a deambular derramando amargura de por vida, y el segundo llorar ésa pena ante Dios.
Y dejó su duelo al comer y beber, yendo al templo lloró tal amargura orando a Jehová, -no es bueno que nos quedemos con sentimientos atorados, de la manera apropiada entreguemos todo.
-Y Elí estaba allí-
E hizo un pacto pidiendo respuesta a Dios, que le permitiera tener un hijo, y afirmó que lo que tanto anhelaba lo consagraría al Señor. → Una mujer de oración entiende que lo que pide tiene un propósito eterno, sabe pedir para que Dios se glorifique en su vida.
Versos 16 y 17→ Cuando ella reconoció su situación y cuán afectada estaba delante de Dios, y declaró esto ante el sacerdote, recibió la promesa -Elí respondió y dijo: Ve en paz y el Dios de Israel te otorgue la petición que has hecho-.
Versos 18 y 19→ Confiar en las autoridades trae tu prosperidad de lo solicitado -cree a sus profetas y serás prosperado- Y se fue por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y se fue por su camino y no estuvo más triste. A la mañana siguiente su adoración había cambiado, y cuando estuvo con su marido Jehová se acordó de ella. Al hacer lo natural, con actitud distinta, confiada en la promesa, Dios procede a cum
Versículo 20 Entonces Ana honró
a Dios reconociendo que a él clamó y quien le respondió.
Versos 21-23 Mujer de palabra:
no se olvidó de lo que pactó, su gozo fue dar a luz a un hijo (tal y como lo
pidió fue otrogado -verso 11-) y por ello entonces alegre y diligente cumplió
con lo acordado.
Versículo 24 Llena de
agradecimiento: Nombró al niño Samuel, pues lo pidió a Jehová, y sin olvidar lo
que había dicho en el altar, al cumplirse el tiempo llevó una ofrenda especial,
no tardando puesto que el niño aún era pequeño. En cuanto levantaron la ofrenda
llevaron al niño a Elí.
Versos 25-28 Ana dio testimonio
de lo que ocurrió, y nuevamente remomoró su voto, y no retuvo a su hijo. Su
adoración no volvió a ser igual.
1° Samuel 2:1-11 Y exaltó a
Dios, y tenía por poco el poder del hombre, porque mayor es el que concedió su
milagro; además, Jehová no se olvidó de ella ya que Samuel ministraba a Jehová.
Versos 19-21La oración que
sgrada a Dios es motivo de seguir bendiciendo, el Señor dio más de lo que
pidió, porque la visitó y Ana concibió tres hijos y 2 hijas, mientras Samuel
crecía de lante de Jehová.
Una oración genuina toca el
corazón de Dios, y él no se vuelve a olvidar de ti; tal oración sigue vigente
en su memoria y se deleita en ella para seguir prosperando tu camino.
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